1- Conceptos generales
2- Pathomechanism
3- Poleas y Fuerza de agarre
4- Vendajes
Han sido varios los vendajes propuestos por diferentes
profesionales y científicos, sin embargo, a menudo vemos a escaladores vendarse
los dedos de diferentes maneras sin conocer los efectos que pueden tener esos
diferentes vendajes sobre sus dedos, e incluso ver a profesionales recomendar o
proponer ciertos vendajes cuando puede que no sean los más efectivos para la
patología o el objetivo en cuestión. Aunque la literatura científica en este campo
no sea muy extensa, no por ello debemos dejar de valorar el material del que
disponemos, de esta manera os muestro una pequeña revisión de los diferentes
tipos de vendajes analizados y cuáles son sus características y objetivos.
La patología más común en la mano en escaladores son las lesiones
relacionadas con la vaina de los tendones flexores y sus poleas (A. Schweizer, 2012). Como comentábamos en la primera de estas cuatro
entradas la principal función de las poleas es mantener los tendones flexores
pegados al hueso para que cuando estos traccionen de las falanges mantengan su
recorrido cercano al hueso evitando que se produzca el efecto cuerda de arco. De
este modo podemos intuir que el propósito del vendaje puede ser reforzar las
poleas ayudándolas a mantener los tendones pegados al hueso y/o evitar la
cuerda de arco, y efectivamente es así.
Uno de los vendajes más sencillos y comúnmente usados es el
tape circular sobre la falange media o sobre la falange proximal dependiendo de
la situación o de la zona dolorida. Warme and Brooks (2000) analizaron el efecto de este
tipo de vendaje en manos de cadáveres jóvenes y no encontraron resultados significativos
sobre que el vendaje tuviese algún efecto en reforzar la tolerancia a la rotura
de alguna polea, deduciendo que el efecto de este tipo de vendaje podría ser
debido simplemente al placebo.
Sin embargo, Andreas Schweizer (2000), también analizó las
consecuencias del vendaje circular encontrando que si el vendaje se colocaba en
la parte más distal de la falange proximal sí que contribuía a reducir en una
pequeña medida la cuerda de arco, contribuyendo a soportar un 12% de la carga
sobre la polea a2.
Otro tipo de vendaje propuesto, algo más complejo, es el
vendaje en cruz (V. Schöffl & Hochholzer, 2004) que consiste en dar una
vuelta circular por la falange proximal para luego pasar diagonalmente por la
cara anterior de la articulación interfalángica proximal (PIP), dar una vuelta
sobre la falange media y volver a pasar diagonalmente por PIP formando una
cruz.
Sin embargo el estudio más reciente que evalúa los vendajes (I. Schöffl, Einwag, Strecker, Hennig, & Schöffl, 2007) arroja claras diferencias
entre la efectividad de los diferentes métodos. En este estudio se propone otro
nuevo método de vendaje el “H tape”, que consiste en dividir una gruesa tira de
esparadrapo en cuatro ramificaciones, fijando la parte que une las
ramificaciones en PIP y enrollando dos de las cuatro ramificaciones sobre la
falange media, y las otras dos sobre la falange proximal (ver video).
El H tape mostró diferencias significativas en sujetos con
previas roturas de a2 con respecto al no uso de esparadrapo y a los métodos antes
descritos, en la reducción de la cuerda de arco al ser sometido el dedo a una
tensión de 10 N. Este tipo de vendaje además mostró diferencias significativas
en la producción de fuerza con respecto a no usar ningún vendaje.
En el siguiente video podemos ver a Volker Schoffl explicando como realizar el vendaje en H:
Podemos concluir de esta manera que las evidencias científicas,
por ahora, nos muestran que el H-tape es el método más efectivo de vendaje para
la reducción de la cuerda de arco. Sin embargo, ninguno de los estudios antes
citados tiene en cuenta cómo pueden afectar estos vendajes a la vascularización
del dedo, lo cual puede ser un factor importante para los tejidos.
Otro tratamiento post ruptura de polea ha sido el
recientemente propuesto por (Schneeberger & Schweizer, 2016)
que consiste en una férula que se coloca en la falange ciñendo los tendones al
hueso pero dejando libre de presión los laterales del dedo para no comprimir
los nervios y los vasos sanguíneos para preservar una buena vascularización. Este
tratamiento se mostró muy efectivo en la reducción de la distancia tendón-hueso
tras la rotura de alguna polea, siendo aplicada la férula tras el diagnóstico
de la lesión y mantenida durante dos meses. Por lo tanto, parece un método muy
bueno para el tratamiento conservador inmediato a la lesión pero no como para
usar este tipo de férula escalando debido a la incomodidad, déficit de
movilidad u otras consecuencias.
Ilustración 2: Férula polea. (Schneeberger
& Schweizer, 2016)
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BIBLIOGRAFÍA:
Schneeberger, M.,
& Schweizer, A. (2016). Pulley Ruptures in Rock Climbers: Outcome of
Conservative Treatment With the Pulley-Protection Splint-A Series of 47 Cases. Wilderness Environ Med, 27(2), 211-218.
doi:10.1016/j.wem.2015.12.017
Schöffl, I., Einwag, F., Strecker, W., Hennig, F., & Schöffl, V.
(2007). Impact of taping after finger flexor tendon pulley ruptures in rock
climbers. Journal of applied
biomechanics, 23(1), 52-62.
Schöffl, V., & Hochholzer. (2004). Sportklettern: aktuelle sportmedizinische Aspekte: Lochner.
Schweizer, A. (2000). Biomechanical effectiveness of taping the A2
pulley in rock climbers. Journal of Hand
Surgery, 25(1), 102-107.
Schweizer, A. (2012). Sport climbing from a medical point of view. Swiss Med Wkly, 142, w13688.
doi:10.4414/smw.2012.13688
Warme, W. J., & Brooks, D. (2000). The effect of circumferential
taping on flexor tendon pulley failure in rock climbers. The American journal of sports medicine, 28(5), 674-678.
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