Monodedos, bidedos y tridedos, aunque todavía no haya
explicado lo que es el efecto cuádriga, es un fenómeno dado cuando hacemos
fuerza en estas posiciones de agarre, por lo tanto, tiene una especial
relevancia si nos interesa mejorar en estos tipos de agarre o bien hemos
sufrido algún tipo de lesión relacionado con estos agarres.
¿En qué consiste el
efecto cuádriga?
El sistema flexor digital está compuesto entre otras muchas
estructuras por unos pequeños músculos que se encuentran en la palma de la
mano, los lumbricales. La función de los lumbricales es la flexión
metacarpofalángica, pero para entender adecuadamente en que consiste el efecto
cuadriga es necesario conocer a la perfección la anatomía y acción de esta
musculatura.
Anatomía lumbricales. |
Existen cuatro lumbricales, los cuales se originan en los
tendones del flexor profundo a la altura de la palma y se insertan en el borde externo del tendon extensor comun a la altura de la falange proximal de cada correspondiente dedo, produciendo por lo
tanto la flexión metacarpofalángica junto a la ayuda de la musculatura
interósea. El tercer y cuarto lumbrical (anular y meñique) comparten origen en
ambos tendones flexores colindantes, está disposición anatómica va a ser clave
para que se produzca el efecto cuádriga. Cuando el meñique se encuentra a un
ángulo de flexor mayor que el anular a la vez que el anular realiza una fuerza
de flexión (agarre en tridedo) los orígenes del cuarto lumbrical se someten a
un estiramiento que genera una tensión pasiva a la contracción muscular que
contribuye a la fuerza de flexión del anular. Este efecto tiene sus ventajas y
desventajas en el rendimiento. Sin embargo los lumbricales no son los únicos
vínculos en el flexor profundo que producen el efecto cuadriga también existen
vínculos en el vientre muscular a la altura del antebrazo, y vainas sinoviales
y fibras tendinosas que interconectan en el túnel carpiano (Leijnse, Walbeehm, Sonneveld, Hovius, & Kauer, 1997).
Efecto cuádriga. |
Ventajas del efecto
cuádriga sobre el rendimiento:
Como explicaba anteriormente el efecto cuadriga produce una
contribución a la fuerza de flexión por factores pasivos a la contracción
muscular. Como podemos imaginar este superávit de fuerza generada por el
fenómeno cuadriga va a suponer un aumento de la capacidad de sustentación en el
agarre.
En la imagen anterior podemos ver a Pedro Bergua en la
realización de un test durante el curso “Entrenamiento y nuevas tecnologías
para el rendimiento en escalada” para medir la contribución del efecto cuadriga
al tirar en monodedo con el dedo corazón. En primer lugar, se midió la fuerza
que realiza el dedo corazón tirando en tridedo y posteriormente se midió la
realizada tirando en monodedo pudiendo calcular la contribución a la producción
de fuerza del efecto. Durante este test en concreto encontramos una
contribución altísima, cercana al 200%, lo que quiere decir que Pedro es capaz
de generar el doble de fuerza con el dedo corazón cuando tira en monodedo con
respecto a cuándo tira en tridedo.
Desventajas del efecto
cuádriga. Mecanismos de patología.
Como podíamos imaginar el superávit de fuerza por factores
pasivos a la contracción muscular debido al efecto cuadriga produce un estrés
mecánico importante sobre los lumbricales, sobre el sistema poleas-tendón y las interconexiones en el vientre y tendones del flexor profundo. La
lesión más recurrente derivada del agarre en monodedo, bidedo y tridedo es el
desgarro del lumbrical. El primer artículo que analizó esta lesión
específica de escalada (Schweizer, 2003) describió este mecanismo de patología y comenzó
a dar unas pautas de diagnóstico con ecografía y establecer unos tiempos de
recuperación.
Algunos estudios anatómicos (Lieber, Jacobson, Fazeli, Abrams, & Botte, 1992) muestran que también existen vínculos
en el vientre muscular correspondientes a cada dedo del flexor digital profundo
a la altura media del antebrazo, lo cual generaría otro efecto cuadriga en esa
región así como a la altura del túnel carpiano con los consiguientes riesgos de
desgarro.
Tejido conectivo vinculante entre los tendones del flexor profundo a la altura del túnel carpiano (Schreuders, 2012) |
Un reciente estudio (Lutter, Schweizer, Schöffl, Römer, & Bayer, 2018) evalúa mediante resonancia
magnética y ecografía diferentes desgarros de lumbrical clasificándolos en tres
grados de patología y proponiendo un tratamiento conservador sin considerar
necesario el tratamiento quirúrgico en ninguno de los casos.
Últimamente el desgarro del lumbrical o de las interconexiones
del flexor profundo debido al efecto cuádriga es de las patologías que más
comúnmente observo en escalada. Sin embargo, el tratamiento con vendaje en
sindactilia para evitar el efecto y ausentar los agarres en tridedo, bidedo y
monodedo, resulta eficaz en la mayoría de los casos sin cesar la escalada
aunque no por ello debemos olvidar que realmente existe una lesión a nivel
estructural y que en caso de persistencia aún ausentando el efecto cuádriga debemos consultar al médico. En
resumen, ahora que sabéis lo que es el efecto cuadriga, y que es el estímulo
nocivo en esta patología deberemos evitarlo por completo si queremos que
desaparezcan las molestias y seguir escalando.
BIBLIOGRAFÍA:
Leijnse, J.,
Walbeehm, E., Sonneveld, G., Hovius, S., & Kauer, J. (1997). Connections
between the tendons of the musculus flexor digitorum profundus involving the
synovial sheaths in the carpal tunnel. Cells
Tissues Organs, 160(2), 112-122.
Lieber, R. L., Jacobson, M. D., Fazeli, B. M., Abrams, R. A., &
Botte, M. J. (1992). Architecture of selected muscles of the arm and forearm:
anatomy and implications for tendon transfer. The Journal of hand surgery, 17(5), 787-798.
Lutter, C., Schweizer, A., Schöffl, V., Römer, F., & Bayer, T.
(2018). Lumbrical muscle tear: clinical presentation, imaging findings and
outcome. Journal of Hand Surgery
(European Volume), 43(7), 767-775.
Schreuders, T. A. (2012). The quadriga phenomenon: a review and
clinical relevance. Journal of Hand
Surgery (European Volume), 37(6), 513-522.
Schweizer, A. (2003). Lumbrical tears in rock climbers. Journal of Hand Surgery, 28(2), 187-189.